Prólogo:
Víctor Xavier Enríquez Champutiz

Este prólogo de la obra “El conflicto del Cenepa, visto desde la perspectiva logística en la Base Aérea de Taura”, escrita por el Tcrn. E.M.T. Avc. Juan Solano Abril, busca inspirar a los lectores a sumergirse en un análisis profundo y reflexivo de los acontecimientos que contribuyeron a la Victoria del Cenepa. Su propósito es no solo motivar la lectura, sino también fomentar la investigación sobre el papel crucial de la logística en este histórico conflicto, destacando las lecciones y los valores que surgieron en medio de la adversidad.
La historia del conflicto del Cenepa no solo está escrita con el rugir de las aeronaves y el eco de las estrategias en los cielos, sino también con las manos y la inventiva de aquellos héroes anónimos que, desde las trincheras de la logística, hicieron posible lo imposible. En los talleres y pistas de la Base Aérea de Taura, donde el calor sofocante y la humedad se mezclaban con la presión de la guerra, se tejieron historias de esfuerzo, creatividad y sacrificio que cambiaron el rumbo de los acontecimientos.
La obra “el conflicto del Cenepa, visto desde la perspectiva Logística en la Base Aérea de Taura”, del autor Tcrn E.M.T. Avc. Juan Solano Abril, relata las actividades logísticas en el año 1995, y el tiempo apremiaba. Las aeronaves aguardaban listas, pero no siempre completas; los motores requerían ajustes, las piezas escaseaban y el enemigo acechaba. Fue entonces cuando la logística, ese arte a menudo invisible, se convirtió en la columna vertebral de la defensa nacional. Los técnicos del Ala de Combate Nro. 21 enfrentaron retos monumentales con una mezcla de ingenio y determinación. Recuperaron piezas consideradas irreparables según los manuales, adaptaron sistemas con herramientas improvisadas y camuflaron aeronaves y vehículos bajo el manto de la naturaleza misma.




En un rincón del hangar, el Escuadrón “Lagartos”, un grupo de técnicos apodados así por su labor, fabricaban señuelos de aviones con madera, lona y hierro. Cada golpe de martillo resonaba como un eco de resistencia. Estos señuelos, más que una estratagema, eran un recordatorio del ingenio ecuatoriano en tiempos de adversidad. Paralelamente, la comunidad civil respondía al llamado, y camiones cargados de alimentos, agua y combustible llegaban desde diversos puntos del país, entregados por ciudadanos que entendían que la defensa de la patria era una responsabilidad colectiva.












Las trincheras no estaban solo en las fronteras, sino también en cada taller, cada pista de aterrizaje improvisada y cada simulador que entrenaba pilotos para enfrentar al enemigo. Desde la dispersión de aeronaves en puntos estratégicos hasta la construcción de pistas falsas, cada acción reflejaba la lucha de una nación que defendía su honor y su soberanía. Era el esfuerzo colectivo de quienes, sin portar armas en la línea de combate, forjaban victorias desde las sombras.
Este prólogo busca iluminar ese rincón de la historia que a menudo permanece en el anonimato. Porque en la guerra, la gloria no pertenece solo a quienes combaten en el frente, sino también a quienes, con sudor y esfuerzo, pusieron y mantuvieron disponibles las alas de la victoria.
“Podrás probar fácilmente que muchas batallas, campañas e incluso guerras han sido ganadas por una buena logística”
Dwight D. Eisenhower

En el Cenepa, esta máxima cobró vida gracias al trabajo incansable y heroico de los escuadrones logísticos.
Que este relato sirva como un homenaje a los hombres y mujeres que desde Taura demostraron que la logística no es solo un soporte: es una columna estratégica, un arte de guerra en sí mismo. Que inspire a las generaciones futuras a recordar que, en la defensa de la patria, cada esfuerzo cuenta y cada detalle importa.
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