C4911 Tras las huellas del «Barrena».


Autor:

Capt. Téc. Avc. (SP)

Psic. Edison Marcelo Cárdenas Analuisa

XLIX Promoción de la ESMA

GÁRGOLAS

C4911

Una libreta, un bolígrafo y una cámara fotográfica, constituían los instrumentos que nos acreditaban como periodistas del “Barrena”.

Sabían ustedes que, por allá en los años 1997 y 1998, en la Escuela Superior Militar de Aviación “Cosme Rennella Barbatto” vio la luz un club de periodismo, conformado por cadetes, quienes éramos los editores, reporteros, fotógrafos y diagramadores, del diario que llevó el nombre de “BARRENA”.

Quiero exponer mis impresiones y memorias sobre un curioso artículo que hoy debería considerarse material de importancia histórica para los académicos de la guerra aérea y que fue publicado durante mi paso como reportero del “Barrena”.

En el año 1997 vivíamos el período de post-guerra, las Fuerzas Armadas del Ecuador reflexionaban sobre las enseñanzas que dejó el conflicto, experiencias focalizadas en el protagonismo del poder aéreo y el importante rol de la Fuerza Aérea Ecuatoriana para la consecución de los objetivos militares; institución que con profesionalismo supo aplicar eficientemente los principios de la guerra aeroespacial alcanzando la superioridad aérea, acción que nos llevó a la victoria del Cenepa.    

Como reportero del “BARRENA”, la misión planteada era entrevistar al señor comandante del Escuadrón de Combate 2113 Kfir, para obtener sus impresiones de la gesta del Cenepa.

Una entrevista estructurada propia de novatos y autodidactas, una libreta, un bolígrafo y una cámara fotográfica, constituían las herramientas que nos acreditaban como periodistas del “Barrena”, así partí junto a mi roomate y amigo, el cadete Pablo Cadena, hacia lo que sería nuestra entrevista inaugural.

Muy motivados y por supuesto muy nerviosos, aunque a mi colega periodista no se le notaba, marchamos hacia el mítico edificio comando de la Escuela Superior Militar de Aviación “Cosme Rennella Barbatto” (en ese entonces muy pocos cadetes tenían acceso).

Cuenta la leyenda, que aquel cadete que era llamado a ese edificio, solo tenía dos opciones: recibir encomios y felicitaciones o recibir la peor noticia que suponía la baja de la institución. Con los nervios propios de cadete nos hicimos de coraje para cumplir el compromiso como periodistas y obtener una noticia que trascienda los muros de la ESMA.

En ese contexto entramos a la oficina de nuestro entrevistado, el señor piloto de aviación mayor Carlos Rosero Montalvo; ya en el recibidor un señor sargento con voz marcial procedió a anunciarnos: “Permiso mi mayor esperan los señores cadetes periodistas del “BARRENA”.

En un paréntesis, nuestro entrevistado, en un futuro llegaría a ostentar el grado de brigadier general de la Fuerza Aérea, y en un extracto de sus palabras, un 23 de febrero de 2016, al serle encomendado el Comando de Operaciones Aéreas y Defensa, manifestaba:

“Los cambios son necesarios porque nos permite poner a prueba la capacidad, iniciativa; deseo en ustedes un espíritu renovado de colaboración, trabajo tesonero, desinteresado y entrega en beneficio de nuestra Fuerza Aérea Ecuatoriana”.

Volviendo a la entrevista, en el momento que el sargento nos anunció, me di cuenta del lío en el que me había metido y debo admitir que en mi interior quería decirle al sargento que en verdad no era así, no éramos periodistas, apenas aficionados con una libreta y lápiz.

En fin, mi colega y buen amigo me animó y entramos, al ingresar el señor comandante nos recibió como verdaderos periodistas, nuestro entrevistado rompió las barreras jerárquicas y por momentos sentí que teníamos algo de poder al ser nosotros los que planteábamos las preguntas; la entrevista continuó tal como estaba planificada y posteriormente luego de unas fotografías nos despedimos para continuar con la edición e impresión del artículo, desafortunadamente mucha información valiosa quedó en el tintero ya que el espacio asignado en el diario era limitado y nos vimos obligados a  resumir  la entrevista.

El día de la distribución del periódico en la ESMA, los ejemplares estaban aún calientes y se percibía un olor a tinta fresca, en ese momento alguien de entre la fila soltó un:

¡Ah el “Barrena”, diario pobre pero honrado!  , en alusión de la caricatura de Condorito.

Entre alegrías leíamos las entrevistas, preguntas y respuestas desde una óptica diferente, inmediatamente le echamos un vistazo para leerlo luego con más detenimiento tal y como dictaban los rituales de la tradición con cualquier otro diario de la época.

De repente pensé sobre cuánta verdad había detrás del calificativo de aquel mal chiste: «diario pobre pero honrado»: el primero representaba el escaso tiempo que disponíamos los cadetes del club de periodismo para la planificación, redacción y estructura de las entrevistas ya que teníamos que optimizarlo eficientemente combinándolas con las actividades propias de la escuela militar: estudios, guardia, semana, relación de castigados y más relación de castigados (No es errata),  además he de decir que los recursos con que contaba el club de periodismo eran modestos y no podíamos permitirnos gastos de  materiales  de fotografía, papel, dispositivos de registro de audio, entre otros.

En cuanto a la honradez, nuestro periódico “Barrena” logró destacar uno de los valores más nobles que tiene y debe tener el cadete de aviación y el oficial de la Fuerza Aérea: LA HONESTIDAD.

Les diré el porqué: bueno, es cierto que es muy sencillo y más decoroso hablar de nuestros logros y epopeyas con el fin de impresionar a alguien o de captar la admiración de los demás y solo contamos nuestros errores a aquellos que consideramos dignos de nuestra confianza asegurándonos así un consejo y sobre todo la discreción de un amigo leal; por otro lado, es difícil aceptar nuestros errores y más difícil aún difundirlos públicamente. Pues bien, en nuestro artículo el señor comandante de Escuadrón Nro. 2113 relata de manera exclusiva para el “Barrena” una interesantísima anécdota suscitada durante el conflicto del Cenepa.

Página del diario de la ESMA año 1997.

Se trata de un episodio en el que desvela errores de coordinación entre su Escuadrón (2113), que cumplía misiones de engaño y el sistema de radares FAE que en un momento en particular los confundió con enemigos, lo que desató la evacuación inmediata del Escuadrón 2311 desplegado en Salinas, pudiendo provocar el derribo de nuestras propias aeronaves, situación que fue muy vivida por la generación de cadetes que en ese entonces nos encontrábamos en las trincheras de la ESMA.

No pudo haber más honestidad y sabiduría por parte del señor comandante al contarnos esta anécdota; después de todo, reconocer nuestros errores supone la mitad del camino hacia la solución de los mismos.

No estoy seguro del destino que tuvo «BARRENA» en los años siguientes, pero estoy convencido de que este episodio dejó muchas tareas que se corrigieron inmediatamente logrando aplicar eficazmente todos los principios del poder aeroespacial en materia de sinergia, herramientas que coadyuvaron para establecer una ventaja sobre nuestro adversario alcanzando la superioridad aérea que puso punto final al conflicto.

Solo la disciplina propia de aquel buen soldado junto a nuestra curiosidad e interés por el periodismo permitió que el “BARRENA” vea la luz y hoy después de muchos años constituya una parte importante de las crónicas de los cadetes de la XLIX Promoción de la ESMA “GÁRGOLAS”.

Psic. Edison Cárdenas

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