24 de Mayo, Batalla de Pichincha.

Autor:

Víctor Xavier Enríquez Champutiz

“Las armas os darán la independencia, Las leyes os darán la libertad.»

Simón Bolívar

El 24 de mayo de 1822 se libró la Batalla de Pichincha en la cima del volcán del mismo nombre, entre el Ejército Libertador comandado por el general Antonio José de Sucre y las Fuerzas Realistas Españolas dirigidas por el general Melchor de Aymerich. Día histórico de trascendencia para la formación de la identidad nacional de un naciente Ecuador y legado innegable para América Latina.

La historia empezó a escribirse cuando a petición del general Simón Bolívar; Sucre llega a nuestro territorio, reorganiza su ejército y decide emprender la campaña libertaria, sufriendo algunas derrotas, pero también consiguiendo triunfos significativos como el de TAPI cerca de Riobamba en abril de 1822. En realidad, la gesta histórica del 24 de mayo fue amalgamada con proezas y derrotas, con generales y por todo un pueblo unido desde Loja hasta la capital, quienes aportaban con patriotismo ferviente todo cuanto podían y tenían.

La lucha contra el imperio español había sido larga y difícil, pero la victoria en Pichincha demostró que las fuerzas independentistas podían derrotar al poder colonial, convirtiéndose en un símbolo de la independencia y  libertad que se reflejó en la bandera y el escudo de armas de Ecuador, sellando definitivamente la independencia del yugo español que dominó la vida social, política, económica e ideológica de nuestros pueblos, pasando entonces a constituirse en república libre e independiente, guiados por el ideal de Bolívar el genio , el valor de Sucre, Calderón y muchos otros, bajo la consigna de vivir con libertad y dignidad en nuestro propio territorio.

Hoy estamos en la búsqueda del verdadero líder que pueda entender que PAZ, no son tres letras que fácilmente se divulgan y olvidan, sino es una forma de entrelazar sentimientos como cohesión, fraternidad, solidaridad y patriotismo.  Ecuador necesita recordar su historia y a sus héroes, buscando ese sentimiento que nos haga gritar en una sola voz, como en el Cenepa, “ni un paso atrás” para poder enfrentar nuevas y difusas amenazas que lastimosamente avanzan aprovechando la poca memoria histórica, la degradación de valores morales y una corrupción que campea por doquier.

Solo entonces toma sentido rememorar pretéritas acciones y no quedarnos en el deleite en la estática contemplación del pasado; es necesario lanzarnos con decisión y empeño a la conquista del futuro; porque la Patria es espíritu y se alimenta de las acciones de todos y en suma engrandece al Ecuador. Hoy como siempre los soldados tenemos la firme convicción de pertenecer a unas Fuerzas Armadas cohesionadas, que han sabido perdurar y trascender en el tiempo, gracias a la intención de ser cada día mejores soldados, mejores ciudadanos, con la consigna diaria de:

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