El repentino interés en el Esequibo, ¿vientos de guerra en la región?

Autores:

Víctor Xavier Enríquez Champutiz

Gerardo Vladimir Benavides Montenegro

“La paz no es un estado pasivo, sino un acto de voluntad«

António Guterres.
Secretario general de la ONU.
(19-sep-2023).

El problema limítrofe entre Venezuela y Guyana es una disputa territorial que se remonta al siglo XIX. Venezuela reclama una zona de 159.000 kilómetros cuadrados, conocida como la Guayana Esequiba y constituye el 74% del territorio de Guyana. La disputa se remonta al Tratado de París de 1814, que puso fin a la Guerra de Independencia de Venezuela. El tratado estableció que la frontera entre Venezuela y la Guayana Británica (actual Guyana) sería la línea del río Esequibo. Sin embargo, Venezuela sostiene que el tratado fue firmado bajo coacción y que la frontera real debería ser la línea de la costa del río Cuyuni.

En 1899, un tribunal arbitral internacional falló a favor de Guyana, confirmando la frontera del río Esequibo. La disputa se intensificó en el año 2015, cuando Guyana otorgó licencias de exploración petrolera a empresas extranjeras en la zona en disputa. En 2018, Venezuela presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), recientemente a inicios de diciembre de 2023, la CIJ realizó la siguiente declaración:

«Por unanimidad, en espera de una decisión final en el caso, la República Bolivariana de Venezuela se abstendrá de tomar cualquier acción que modifique la situación que actualmente prevalece en el territorio, por el cual la cooperativa La República de Guyana administra y ejerce control sobre esa zona»[1]

Jueza Joan E. Donoghue, presidenta de la CIJ

Por su parte Nicolás Maduro impulsa un referéndum consultivo de carácter no obligatorio y NO vinculante, en donde con un 95% de votos se aprueba la propuesta

Sin embargo, el porcentaje no refleja la realidad, considerando que solo votaron 2 millones de habitantes de 20 millones habilitados para ejercer el voto, consulta que en su parte medular resalta el  rechazo al Laudo Arbitral de 1899, no reconocer la jurisdicción de la CIJ, anexar el territorio de Esequiba y otorgar la ciudadanía a los habitantes de la región.

¿Por qué es importante la región de Esequibo? De acuerdo con estudios realizados, existe un área de explotación de más de 111.800 kilómetros cuadrados, que cuenta con grandes reservas de oro, cobre, diamante, hierro, bauxita y aluminio, entre otros minerales, así como reservas de petróleo que podría convertir a Guyana en el tercer exportador de Sudamérica; sin dejar a un lado el potencial de la mina de oro Omai que, sólo entre 1993 y 2005 produjo más de 3,7 millones de onzas de oro.

Pero ¿por qué Maduro reaviva este problema? Más allá de la importancia económica que tiene la región, y para el propio estado venezolano, con una precaria economía; es necesario recalcar que el presidente Hugo Chávez, en su momento archivó el diferendo por su buena relación con Guyana. Hoy bajo un escenario político poco favorable para Maduro, en donde María Corina Machado, candidata de la derecha gana espacio para enfrentarse en las elecciones presidenciales del año 2024; el oficialismo apunta a resaltar el nacionalismo, con manifestaciones para “unión nacional” y «defender» el Esequibo.

«Un gobierno autoritario que se enfrenta a una situación política difícil siempre está tentado a buscar un tema patriótico para envolverse en la bandera y conseguir apoyo, y creo que eso es en gran parte lo que Maduro está haciendo»

Phil Gunson, analista con sede en Caracas del International Crisis Group.

La CIJ tiene programado emitir su fallo en la disputa en 2025, siendo de carácter definitivo y vinculante para ambos países, a pesar de que Venezuela no reconoce el laudo de CIJ.

En caso de un enfrentamiento militar entre Venezuela y Guyana por el territorio de Esequibo, el escenario sería complejo y difícil de predecir, pero le permitiría a Maduro suspender las elecciones presidenciales en el año 2024 o forzar unas legalías económicas de los recursos del Esequibo.

La ofensiva venezolana podría estar apoyada por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que cuenta con alrededor de 300.000 efectivos. La FANB tiene una fuerza aérea y una armada limitadas, pero tiene un ejército equipado con tanques, vehículos blindados y artillería; por su parte Guyana, cuenta con un ejército de alrededor de 5.000 efectivos. El ejército de Guyana está equipado con armas ligeras y vehículos blindados ligeros, pero no tiene aviones ni barcos de guerra.

En caso de un conflicto militar, Venezuela tendría una ventaja significativa en términos de fuerza y recursos. Sin embargo, Guyana podría contar con el apoyo de otros países de la región como Brasil y Estados Unidos.

Brasil advierte oficialmente a Venezuela contra «medidas unilaterales» en la disputa con Guyana; “Somos una región de paz”, agregó Lula Da Silva, y como medida inmediata reforzó su presencia militar en la frontera con Venezuela y Guyana, precautelando los acuerdos comerciales entre la Guyana y el estado de Roraima (Brasil), así como acuerdos de proyectos hidroeléctricos para esa región.

Estados Unidos por su parte, anunció ejercicios militares aéreos en Guyana, en el marco de la cooperación económica y militar que tiene con este país, así como dos empresas petroleras operan en Guyana.

Por su parte China, tiene intereses comerciales con los países en conflicto, y comparte un porcentaje de inversión con las empresas de USA para la explotación de petróleo en Guyana.

Pero Venezuela también cuenta con el apoyo de Rusia, país que tiene en entredicho su apoyo militar, cuando el mismo se encuentra en un conflicto en Ucrania.

En conclusión, Venezuela de esta situación pretende sacar un beneficio económico y político, para lo cual debe demostrar que está dispuesto ir a un conflicto bélico, en caso de no ser escuchadas sus propuestas, forzando la intervención de los países de la región en favor de la paz; Maduro se juega en forma desesperada su último cartucho para quedarse en el poder y en algo mejorar la situación económica de Venezuela.

En la tensa dinámica y pronóstico entre Venezuela y Guyana es reservada, nadie quiere la guerra, pero los países de la región no tienen los recursos para evitarla. Ante un problema histórico, jurídico y sobre todo político de esta magnitud, se requiere agotar las instancias del diálogo y la mediación de organismos internacionales que permitan una solución pacífica, no es un buen momento para conveniencias políticas, la diplomacia debe prevalecer.

Una vez más Albert Einstein tenía razón: “la paz no se puede mantener por la fuerza, solo se puede lograr mediante la comprensión”, pero eso es lo que precisamente nos falta en Latinoamérica.

Triste realidad de nuestros pueblos.

[1] https://cnnespanol.cnn.com/2023/12/01/corte-internacional-fallo-guyana-venezuela-esequivo-orix/

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