25 de junio, Natalicio del General Eloy Alfaro.

Autor:

Víctor Xavier Enríquez Champutiz

“Me asesinarán, pero mi sangre los ahogará y cimentará la libertad”.

Eloy Alfaro

Eloy Alfaro el “viejo luchador”, destacado líder político y militar, nació en Montecristi, el 25 de junio de 1.842, en una sombría época, tal como lo describe el escritor José Enrique Rodó,

“Las campanas son lo único que suena alto en la ciudad de Quito y en que el Ecuador ya no es una nación Cabal y Señora de si mismo, sino un feudo de Roma”.

José Enrique Rodó

La vida de Alfaro culminó en el martirio de una constante lucha en favor de la democracia, rompiendo las cadenas del fanatismo, la ignorancia de la superstición, vicios de la secular tutela colonial hispánica saturada del feudalismo intolerable y agresivo.

Eloy Alfaro y su familia en 1908 (Fuente Wikipedia)

Alfaro se puso al frente de la regeneración ecuatoriana, buscando la transformación del Ecuador en su estructura social, económica y política; gravitando sobre un pueblo que sufría los excesos del concertaje, sucesora de la encomienda; características propias de la época medieval, con prácticas como diezmos y primicias con que el clero corrompido, amasando fortunas a costa del sudor del honrado artesano.

Su apasionado romanticismo expuesto en cien combates, digno de los héroes de Plutarco escapa de las severas páginas de la historia para confundirse en la sugestiva narración de la leyenda viviente, en las llanuras y montañas del Ecuador, sembrada con las simientes de valor de sus soldados, que, enarbolando la bandera roja de la Libertad; que según Alfredo Perez Diezcanseco en su obra “La Hoguera Bárbara II”,

“en las chinganas de Guayaquil, frente al vaso de aguardiente o al pocillo de claro de jora, se cantaba

Con la Alfaro por la Sierra

los patriotas marchan ya.

Y Sarasti en las trincheras

temblando de miedo esta.”

El 13 de enero de 1.897 la Asamblea Nacional lo eligió Presidente Constitucional de la República, al inicio de su gobierno decretó que, las creencias religiosas no obstan para el ejercicio de los Derechos Civiles y políticos, estableciendo una amplia libertad de cultos; la libertad de pensamiento de Asociación, la igualdad ante la ley, el derecho del sufragio, la abolición de la pena de muerte, el matrimonio civil y el divorcio enaltecen la obra civilizadora del General Eloy Alfaro.

Avasallando los prejuicios sociales del ambiente, incorporo a la mujer a la vida de la administración pública dignificándola y estimulando su adelanto intelectual; para destruir el monopolio cultural del sacerdocio, impulsó la libre importación de libros, además declaró como bienes nacionales a los llamados “manos muertas”, adjudicándolos a la beneficencia pública manifestando: “que en esta forma las tierras que eran del pueblo volvían al pueblo”.

La construcción del ferrocarril de Guayaquil a quito que unió el mar con la montaña transformando la economía y la cultura del Ecuador que desde su fundación como República apenas conocía estrechos y peligrosos senderos de cerradura; sus proyectos se vieron truncados por su derrocamiento en 1911 y posterior exilio.

Multitudes exaltadas por el fanatismo político y religioso violentaron las celdas del panóptico de Quito, asesinando al General Alfaro y a sus compañeros de Batalla arrastrando e incinerando sus cadáveres, el trágico 28 de enero de 1.912, en las mismas calles en donde se lanzará el primer canto de libertad americano. El terrible final del viejo luchador consumado en la Hoguera Bárbara después de la angustiosa odisea que comenzó con su apresamiento en el puerto de Guayaquil, terminando en la ciudad de Quito, para muchos historiadores catalogado como un crimen de brutalidad inhumana, que llenó de pavor al mundo y opacó el brillo de la historia del Ecuador.

Eloy Alfaro, a través de su lucha incansable por la justicia social, la democracia y la modernización, dejó un legado perdurable en la historia ecuatoriana. Su impacto se ha sentido en la sociedad ecuatoriana hasta el día de hoy. Alfaro demostró que es posible luchar contra la opresión y la desigualdad, promover la participación ciudadana y modernizar un país. Su ejemplo inspira a las generaciones actuales a continuar trabajando por un Ecuador más justo, democrático y próspero.

El legado de Eloy Alfaro es un recordatorio constante de la importancia de luchar por el bienestar de todos los ciudadanos y construir una sociedad más inclusiva.

Las manos ensangrentadas de los miserables asesinos del General Eloy Alfaro, quien surgió del pueblo y ascendido con vivos resplandores a la gloria de los inmortales, que no alcanzan a marchar el fulgor de las ideas pregonadas desde el infinito en su legado:

“La libertad no se implora de rodillas, se conquista en los campos de batalla”

Eloy Alfaro

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