La Fuerza Aérea Ecuatoriana, analizada por un algoritmo.

Autores:

Víctor Xavier Enríquez Champutiz

Gerardo Vladimir Benavides Montenegro

La Inteligencia Artificial (IA), ha tomado una importante connotación a nivel mundial por su exponencial desarrollo, para entender este vertiginoso avance revisemos brevemente algunos hitos considerados disruptivos para cualquier época: la idea de un robot destinado únicamente a realizar los trabajos más duros propuesto por Karek Apek en 1921; el concepto del algoritmo desarrollado por Alan Turing en 1936 (considerado además como el padre de la IA); el establecimiento de las tres leyes de la robótica propuesta por Issac Asimov en 1941; el diseño de la primera red neuronal artificial por Frank Rosenblat en 1957; la Ley de Moore y el número de transistores por dispositivo duplicados cada dos años; la predicción de Raymond Kurzweil sobre el nivel de inteligencia humano que las máquinas alcanzarán en 2029 e incluso la superación de la inteligencia de nuestra civilización en un billón de veces para el año 2045 (Geographic, Breve historia visual de la inteligencia artificial, 2020); realmente un escenario abrumante.

Si quieren conocer más sobre Alan Turing, recomiendo la película “The Imitation Game” / “El código Enigma”.

Todas estas disrupciones han logrado incorporarse a nuestro diario vivir de forma imperceptible, hemos generalizado su uso sin mayor esfuerzo y han sido asimiladas por la sociedad como un natural avance de la tecnología. Pero ¿qué es la IA? y ¿cómo funciona la IA?; en una resumida descripción podemos afirmar que la IA es un campo de la informática que se ocupa de desarrollar algoritmos y sistemas que pueden realizar tareas que normalmente requerirían la inteligencia humana para aprender, razonar y actuar como un ser humano.

Hay varios enfoques y técnicas en el desarrollo de la inteligencia artificial; pero en general, se puede describir el funcionamiento de la siguiente manera: recopilación de datos, procesamiento de datos, generación de un modelo matemático complejo, entrenamiento (ajuste a la realidad deseada) y validación (precisión del modelo aplicado); es decir, luego de un complejo proceso de modelamiento matemático un ordenador está en la capacidad de imitar el razonamiento humano y puede responder como tal, lo cual implica también la capacidad de evolucionar y alcanzar un conocimiento superior al que fue diseñado originalmente (Chávez, 2020).

Resulta increíble la diversidad de aplicaciones y tareas que pueden y podrán hacerse en un futuro cercano. Un ejemplo del potencial de la IA, es la aplicación openIA ChatGTP, diseñada para mantener conversaciones y responder preguntas, utilizando técnicas de aprendizaje automático (Geographic, Preguntas y respuestas sobre ChatGPT la IA de moda, 2023).

A ChatGPT, se consultó: ¿cuál es el futuro de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, frente a la aplicación de la IA?, la respuesta que obtuvimos es la siguiente:

“Como modelo de lenguaje, no tengo la capacidad de predecir el futuro con certeza, pero puedo decir que el futuro de la FAE dependerá en gran medida de los planes y políticas del gobierno y las Fuerzas Armadas del país.

La FAE ha estado trabajando en la modernización de su flota de aviones y helicópteros, y se espera que continúe invirtiendo en tecnología avanzada y entrenamiento para sus pilotos y personal de apoyo. Es posible que también se produzcan cambios en la estructura y organización de la FAE para adaptarse a las necesidades y desafíos futuros.

Además, la FAE también puede verse afectada por factores externos, como cambios en la política internacional o en la región. Por lo tanto, es importante que la FAE esté preparada para adaptarse y responder a estos cambios y desafíos.

La inteligencia artificial (IA) puede desempeñar un papel importante en la modernización de la FAE, al permitir la recopilación y análisis de grandes cantidades de datos en tiempo real, lo que puede mejorar la capacidad de la FAE para tomar decisiones informadas y estratégicas.

Por ejemplo, la IA puede utilizarse para analizar datos de satélites y cámaras aéreas, lo que puede proporcionar información detallada sobre el terreno y las posibles amenazas. Además, la IA también puede utilizarse para mejorar la eficiencia de los sistemas de comunicación y control de tráfico aéreo, lo que puede mejorar la seguridad de las operaciones aéreas.

Además, la IA también puede utilizarse para la formación de los pilotos y personal de apoyo de la FAE, al permitir la simulación de escenarios de vuelo y la práctica de habilidades en entornos seguros y controlados.

En resumen, la integración de la inteligencia artificial en la FAE puede mejorar significativamente la eficiencia, precisión y seguridad de las operaciones aéreas, lo que puede tener un impacto positivo en la seguridad nacional y la protección de la soberanía del país.”

Para algunas personas, podría resultar un aporte poco significativo; sin embargo, recordemos que la respuesta fue generada por medio de un algoritmo matemático desarrollado en pocos segundos, analizando datos de textos publicados en todo internet, desde artículos de noticias, pasando por enciclopedias, libros, páginas web y otros documentos, ofreciendo una respuesta cuidadosamente analizada desde diferentes contextos y perspectivas.

Para efectos de la elaboración del presente artículo y con fines probatorios, los autores de este artículo incursionamos en aplicaciones de IA para realizar preguntas específicas relacionadas con la realidad institucional de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, tales como los retos futuros del oficial técnico en la institución, la mejora en la productividad dentro de una organización de mantenimiento de aeronaves, la optimización de los centros de mando y control y hasta la distribución de talento humano en una base de la FAE para enfrentar un estado de excepción sin descuidar la misión principal. Las respuestas brindadas por IA fueron contrastadas con la consulta a expertos quienes coincidieron en gran parte sin dejar de asombrarse por aquellos aspectos que de una u otra forma no habían sido considerados en sus respuestas. Se realizó por así decirlo, un “Delphi abreviado”. 

Como parte de una tendencia ya generalizada, varios administradores de empresas también incursionaron en aplicaciones basadas en inteligencia artificial, inicialmente por curiosidad, logrando entender sus capacidades para finalmente buscar la manera de aplicarla a sus procesos productivos mediante una acertada toma de decisiones, llegando a expandirse y obteniendo resultados más allá de lo esperado.

Independiente de contar con una herramienta que facilita el trabajo, algunos expertos advierten que este tipo de tecnología podría generar la extinción de muchas profesiones, así como el aparecimiento de otras, en el mejor de los casos la complementariedad ya no representaría una opción sino un anhelo; es decir, se debe propender a ayudar a una persona en el desempeño de sus labores, no sustituirla.

De acuerdo con el informe realizado por el banco Goldman Sachs, el avance de la IA implicaría la automatización de ciertas tareas, pero a la vez expondría a cerca de 300 millones de puestos de trabajo a nivel mundial que podrían ser reemplazados por alguna forma de tecnología derivada de IA. Entre los trabajos sustituibles se encuentran los de soporte administrativo y legal; arquitectura e ingeniería; negocios y operaciones financieras; servicio comunitario y social; ventas; medicina y finanzas, ingeniería, entre otros.

Por otra parte, los trabajos manuales con menor susceptibilidad para ser automatizados son los que presentan menor vulnerabilidad de desaparecer, como la construcción, instalación, mantenimiento, producción, preparación de alimentos, transporte y otros. La FAE para el desarrollo de sus actividades y el cumplimiento de su misión cuenta con talento humano que actualmente se desenvuelve en algunas de las áreas nombradas, situación que obliga necesariamente a repensar en su desempeño a futuro.    

Con la incursión de la IA dentro de nuestras vidas surge a la vez un gran dilema que probará la capacidad ética de la sociedad, derivada del buen uso que podamos hacer de esta tecnología sin que genere afectaciones a uno de los baluartes de la civilización: el juicio y el pensamiento crítico. Los pedidos de pausar los avances de la IA realizados por varias personalidades reconocidas como Elon Musk, el cofundador de Apple Steve Wozniak, el cofundador de Skype Jaan Tallin e ingenieros de Meta o Microsoft, constituyen una demanda urgentemente por regular la IA, involucrando necesariamente a todos los actores de la sociedad, desde instituciones públicas (como las fuerzas armadas de una nación) hasta empresas y organizaciones de toda índole. La regulación demandada debe ser cuidadosamente implementada para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos de la tecnología de la IA.

Es evidente que la IA afectará los fines, modos y medios de todas las fuerzas armadas del mundo, las visiones de las potencias militares sobre el IA son diferentes: China trata de desarrollar el “conocimiento de la IA para que contribuya directamente en la toma de decisiones estratégicas”; Estados Unidos, considera el empleo de la IA, “para que contribuyan con ayuda en la toma de decisiones humanas, pero que no encuentren por sí mismas, la solución del problema” y Rusia se enfoca en “la creación de hardware militar que dependa de la IA, pero deja las decisiones estratégicas completamente en manos de los comandantes” (Chávez, 2020)

Queda en evidencia que el hard power, alto entrenamiento y las armas tradicionales de las fuerzas armadas, por si solas, son insuficientes para enfrentar a las nuevas amenazas, esto sumado a un entorno tecnológico cambiante, que obliga a los comandantes a pensar en futuro, aprovechando oportunidades para crear nuevas especialidades, con características de soldados y comandantes que sepan adaptarse a un entorno complejo, disponiendo de una amplia información que pueda ayudarle en la toma oportuna de decisiones; una vez más deberá analizarse el componente ético que garantice su empleo en determinadas misiones.

Frente a este escenario, no cabe duda de que la IA resultará determinante en el desarrollo de nuevas capacidades que los estados demandarán en materia de seguridad y defensa con muy poca o ninguna supervisión humana. Se abren muchas posibilidades, pero también es un hecho que se obtendrán interesantes iniciativas en todos los sistemas de armas y sus elementos de soporte. La FAE no puede mantenerse al margen de este desarrollo.

¿Cómo Fuerza Aérea, estamos preparándonos para el futuro, o estamos planificando para resolver los problemas del mañana?

“si la inteligencia artificial llegará a ser más avanzada que la inteligencia humana y se volviera hostil a la humanidad, podría llevar a su extinción”

ChatGPT

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