Viveza Criolla: el obstáculo oculto para el progreso del Ecuador.

Autores:

Víctor Xavier Enríquez Champutiz

Erick Javier Yacelga Aguinaga

El artículo tiene como objetivo hacernos reflexionar sobre cómo la llamada VIVEZA CRIOLLA, profundamente enraizada en la cultura ecuatoriana, influye negativamente y constituye un freno significativo para el desarrollo del Ecuador. Este fenómeno cultural, que se manifiesta en la habilidad de algunos para identificar y explotar reglas no escritas, zonas grises y oportunidades para obtener beneficios personales, promueve el individualismo y la deshonestidad a expensas del bien común.

Breve perspectiva histórica de la Viveza Criolla

La viveza criolla es un término que describe un comportamiento basado en el ingenio y la astucia para obtener ventajas personales, muchas veces al margen de la ética. Sus raíces se encuentran en la historia colonial de América Latina, donde la llegada de los españoles marcó un cambio profundo en las estructuras sociales y económicas de la región.

Durante la colonización, se impuso un sistema jerárquico y desigual en el que los aborígenes fueron explotados para beneficio de la Corona española. La supervivencia en este contexto dependía de la astucia y la capacidad de adaptación. Con el tiempo, esta mentalidad se fue consolidando, especialmente tras la independencia, cuando los criollos, descendientes de españoles nacidos en América, se beneficiaron significativamente del nuevo orden político y social.

La viveza criolla comenzó a verse como una virtud, una forma de adaptarse y sobrevivir en un entorno inestable. Sin embargo, en este ensayo se plantea una conceptualización diferente: la viveza criolla como una práctica que, aunque ingeniosa en apariencia, es profundamente destructiva para el desarrollo colectivo, pues prioriza el beneficio individual sobre el bienestar común.

La Viveza Criolla: un flagelo cultural

La viveza criolla se ha arraigado tanto en la idiosincrasia ecuatoriana que muchos la consideran parte de la vida diaria. Esta mentalidad se manifiesta en la tendencia a evadir responsabilidades, a violar normas, y a justificar la deshonestidad como un medio para alcanzar el éxito. Así, se ha normalizado una cultura donde el beneficio personal se antepone a las consecuencias para la comunidad.

Los efectos de la viveza criolla son evidentes en diversos ámbitos de la sociedad. En la política, se manifiesta en la corrupción, la falta de transparencia, la impunidad y el nepotismo. En el comercio, se traduce en la evasión de impuestos y la especulación. Incluso en la vida cotidiana, se expresa en acciones como copiar en un examen, sobornar a un funcionario, o aprovecharse de los recursos públicos.

Esta mentalidad egoísta es un verdadero flagelo cultural que corrompe los valores fundamentales de la convivencia, como la honestidad, la confianza y el trabajo colectivo. La viveza criolla no solo debilita la cohesión social, sino que también perpetúa el subdesarrollo y la falta de identidad nacional, atrapando al país en un círculo vicioso del cual es difícil escapar.

La viveza criolla es un verdadero flagelo cultural que anida en los valores humanos y sociales y los pervierte, es un mal que carcome los valores básicos de la convivencia, tales como la importancia del trabajo, además de la confianza, altruismo, dignidad, honestidad… incluso debilita el sentimiento de patriotismo  (Perrone, 2024).

Para ilustrar las consecuencias de la viveza criolla, podemos recurrir a la siguiente fábula:

El Zorro y el Cóndor: Una Lección sobre la Viveza Criolla

En lo alto de los Andes, donde las nubes tocan las cimas y el viento cuenta historias antiguas, vivían dos personajes muy distintos: un zorro astuto y un cóndor majestuoso. El zorro, siempre inquieto y listo para aprovechar cualquier oportunidad, observaba envidioso cómo el cóndor volaba sobre las montañas, disfrutando de vistas que él solo podía soñar.

Un día, el zorro decidió actuar. «Querido Cóndor,» dijo con una sonrisa que escondía su verdadera intención, «es una pena que un animal tan pequeño como yo no pueda ver el mundo desde las alturas. ¿No sería un acto de bondad llevarme contigo en un vuelo? Así podría admirar la belleza de nuestra tierra como tú lo haces.«

El cóndor, que en su nobleza no conocía la malicia, accedió. «Sube, amigo,» dijo con voz firme, «te llevaré a ver el mundo desde lo alto.»

El zorro, con el corazón acelerado por la emoción y la ambición, se subió al lomo del cóndor. Juntos ascendieron, atravesando corrientes de aire y dejando atrás las cimas nevadas. Desde allí, el zorro contemplaba el vasto paisaje de montañas, ríos y valles. Pero su admiración pronto se transformó en codicia. «Si me deshago del cóndor,» pensó, «todo esto podría ser mío.»

Con su característica astucia, el zorro comenzó a susurrar al oído del cóndor. «Amigo mío, ¿por qué vuelas tan alto? Podrías ahorrar energía si desciendes un poco.» El cóndor, confiando en su compañero, descendió suavemente. «¿Y si te posas en esa roca? Así podrías descansar mientras yo vigilo desde aquí.» Nuevamente, el cóndor obedeció.

Sin embargo, cuando aterrizaron, el zorro mostró su verdadera naturaleza. Con un salto inesperado, trató de atacar al cóndor, creyendo que podría arrebatarle su lugar. Pero el cóndor, al sentir la traición, reaccionó de inmediato. Con un poderoso batir de alas, se elevó rápidamente, dejando al zorro caer al vacío. El zorro, atrapado en su propia trampa, terminó enredado en espinas, mientras el cóndor continuaba su vuelo, libre y soberano.

Moraleja: La viveza criolla, ese ingenio mal utilizado para obtener beneficios personales a costa de otros, puede parecer una ventaja momentánea, pero inevitablemente conduce a la ruina. En lugar de buscar atajos y engaños, es la honestidad y la colaboración las que nos permiten alcanzar alturas verdaderamente significativas. Solo trabajando juntos, con integridad, podemos construir un futuro sólido y próspero.

Hacia un cambio cultural

Para romper el ciclo destructivo de la viveza criolla, es necesario un cambio cultural profundo que involucre a todos los sectores de la sociedad. Este cambio debe comenzar con el fortalecimiento de la educación en valores, la promoción de la transparencia en las instituciones, y el fomento de la participación ciudadana.

La construcción de un país más justo y equitativo depende de la capacidad de sus ciudadanos para actuar con integridad y pensar en el bienestar colectivo.

Finalmente, como nos recuerda la fábula, el verdadero progreso no se logra mediante atajos ni engaños, sino a través del esfuerzo honesto y la colaboración. Es tiempo de dejar atrás la viveza criolla y construir un Ecuador que avance con orgullo y unidad hacia un futuro mejor.

Triste realidad de nuestros pueblos.

Referencias

Perrone, A. S. (12 de 08 de 2024). lapatilla. Obtenido de https://www.lapatilla.com/2017/01/29/viveza-criolla-en-venezuela/

Rondó, A. B. (2023). La viveza criolla: ¿Cultura “viva” o cultura inerte? WILLACHIKUY, 26-29.

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