Reevaluando la educación militar: Construcción, Deconstrucción y Reconstrucción.

El proceso de formación y perfeccionamiento en la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) es un proceso riguroso y dinámico que integra múltiples enfoques pedagógicos y filosóficos para preparar adecuadamente a las damas y caballeros del aire. Entre estos enfoques, la construcción, deconstrucción y reconstrucción desempeñan roles fundamentales en la formación integral de los miembros de la institución. Estos conceptos, originarios de la teoría crítica y la pedagogía contemporánea e incorporados a la educación militar, proporcionan un marco estructural que sustenta una formación más completa, adaptable y efectiva.

Psicólogos como Jean Piaget y Lev Vygotski realizaron importantes contribuciones al proceso relacionado con la construcción:

Piaget (1967) establece: «El conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción activa del sujeto». Esta cita resalta la idea de que los niños construyen sus propias estructuras mentales a través de la interacción con el entorno.

Por otro lado, Vygotski (1978) concluye: «Toda función en el desarrollo cultural del niño aparece dos veces: primero en el nivel social, y después en el nivel individual». Esta cita enfatiza el papel de la interacción social en la construcción del conocimiento.

Entonces la construcción en el contexto de la educación militar se refiere al proceso inicial de crear y desarrollar conocimientos, habilidades y valores en los cadetes. Este proceso comienza desde el primer día de ingreso a las escuelas de formación y continúa a lo largo de la carrera en los centros de perfeccionamiento.

En paralelo, la construcción de habilidades prácticas es un componente crucial de la educación militar. Los cadetes y alumnos participan en entrenamientos rigurosos que incluyen simulaciones de vuelo, ejercicios de campo y entrenamiento físico.

La construcción de estas habilidades prácticas es esencial para garantizar que estén preparados para enfrentar los desafíos de la aviación militar con competencia y confianza.

Por otro lado, los filósofos Jaques Derrida y Michael Foucalt, definen a la deconstrucción como:

Derrida (1967) establece: «La deconstrucción no es una destrucción, sino una desestabilización de las certezas y de los sistemas de pensamiento dominantes». De esta manera,  define a la deconstrucción como un proceso de cuestionamiento y análisis crítico.

Paralelamente Foucault (1975) añade: «El poder no es algo que se posee; ejerce una influencia, construye relaciones, produce efectos». Resaltando de esta manera cómo el conocimiento está vinculado al poder y cómo se utiliza para ejercer control.

La deconstrucción, por otro lado, es un proceso crítico que implica el análisis y desmantelamiento de conocimientos, prácticas y valores establecidos. Este proceso es vital para identificar y eliminar errores, mejorar métodos y adaptarse a nuevas realidades, entornos y tecnologías.

En la FAE, la deconstrucción encuentra utilidad en la revisió y cuestionamiento continuo de las estrategias, tácticas y programas de entrenamiento. Este enfoque permite un análisis crítico de las misiones y ejercicios pasados, identificando lo que funcionó y lo que no, desarrollando así estrategias más efectivas. Este proceso garantiza a la vez que la institución intente mantenerse a la vanguardia en términos de tácticas militares y preparación para el combate

La deconstrucción de valores y normas puede incluir la revisión de políticas y prácticas para garantizar que sean justas, inclusivas y éticas. De esta manera, se propende que la FAE no solo intente ser una organización eficiente en términos militares, sino también una institución moralmente responsable y respetuosa de los derechos humanos.

Finalmente, el proceso de reconstrucción para los filósofos Karl Popper y Thomas Kuhn, quedan definidos como sigue:

Popper (1963) plantea: «Una teoría científica es siempre provisional, susceptible de ser refutada por nueva evidencia». De tal manera que enfatiza la naturaleza provisional del conocimiento científico y la importancia de la falsación.

Previamente Kuhn (1962) manifestaba: «Las revoluciones científicas son episodios de desarrollo no acumulativo en los que un antiguo paradigma es reemplazado, en toda o en parte, por otro incompatible con él». Describiendo cómo el conocimiento científico evoluciona a través de cambios radicales de paradigma.

Podemos inferir entonces que la reconstrucción es el proceso de reensamblar y renovar conocimientos, habilidades y valores basados en el análisis crítico realizado durante la deconstrucción. Este proceso se convierte en esencial para lograr que la educación militar se adapte a las nuevas demandas y desafíos, garantizando que la FAE esté siempre preparada para enfrentar cualquier situación.

Basado en el análisis crítico realizado durante la deconstrucción, la reconstrucción implica la adopción de nuevas tecnologías, el desarrollo de nuevas estrategias y tácticas, incluso la implementación de nuevas doctrinas militares. Este proceso tiene una visión prospectiva para dotar de los medios y conocimientos más avanzados disponibles.

Desafíos para la implementación de estos procesos.

Uno de los principales desafíos es la resistencia al cambio dentro de la organización. La deconstrucción puede ser vista como una amenaza por aquellos que están acostumbrados a los métodos tradicionales. Es esencial fomentar una cultura de apertura y aprendizaje continuo para superar esta resistencia.

La FAE debe asegurarse de que todos sus miembros comprendan la importancia de estos procesos y estén dispuestos a participar en ellos activamente. Para ello la educación militar debe incorporar los enfoques de construcción, deconstrucción y reconstrucción no solo formar soldados competentes, sino también líderes capaces de pensar críticamente, adaptarse a nuevos escenarios y actuar con integridad. Resulta entonces necesario relacionar los enfoques anteriormente citados con los procesos:

Siendo imprescindible que los cambios inicien en las aulas de los centros de formación y perfeccionamiento. A continuación, se plantea la relación existente entre los niveles de conducción y el enfoque de trabajo en equipo requerido:

• En el nivel TÁCTICO, se necesita una mayor competencia técnica y, en menor medida, competencia conceptual; por lo tanto, requiere de un enfoque de trabajo de ESPECIALIZACIÓN.
• En el nivel OPERACIONAL, se requiere un equilibrio entre diferentes competencias; por lo tanto, requiere de un enfoque de trabajo de MULTIDISCIPLINARIEDAD.
• En el nivel ESTRATÉGICO, la competencia táctica disminuye y aumenta la competencia conceptual; por lo tanto, requiere de un enfoque de trabajo de INTERDISCIPLINARIEDAD.
• En el nivel ESTRATÉGICO-POLÍTICO, se requiere una alta competencia conceptual y una menor competencia técnica; por lo tanto, requiere de un enfoque de trabajo de TRANSDISCIPLINARIEDAD.
• La competencia personal (LIDERAZGO) debe ser transversal y esencial en todos los niveles.

A su vez, la competencia requerida puede relacionarse con los cursos de perfeccionamiento de la Academia de Guerra Aérea con su respectivo enfoque de educación:

En el siguiente cuadro se presenta una relación entre los objetivos de los diferentes cursos de la Academia de Guerra Aérea con el enfoque didáctico/trabajo en equipo predominante, determinando a la vez el tipo de evaluación sugerida para explotar al máximo cada curso.

La correcta aplicación de los enfoques mencionados permitirán que el alumno militar, durante su proceso de perfeccionamiento, utilice el mismo manual o doctrina (Básica Aeroespacial, Personal, Inteligencia, Operaciones, Logística, Comunicaciones, Ciberseguridad, etc.), pero lo analicen desde la  perspectiva que su nivel de conducción lo exija: Primero interiorice la doctrina (construcción); luego la aplique; posteriormente, tenga la capacidad de discernir e identificar aspectos de mejora (deconstrucción); y, finalmente, proponga cambios a los diferentes cuerpos doctrinarios (reconstrucción).

En conclusión, la construcción, deconstrucción y reconstrucción son procesos interrelacionados y esenciales en la educación militar de los oficiales de la FAE. Estos procesos en conjunto, aseguran una formación integral, adaptable y progresiva, preparando a sus miembros para enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Al integrar estos procesos con los enfoques de trabajo en equipo (especialización, multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad), la FAE puede mantener su compromiso con la excelencia, la innovación y la preparación, garantizando así su capacidad para proteger y servir a la nación ecuatoriana de manera efectiva, manteniéndose como una institución flexible y resiliente adaptando sus prácticas y valores para enfrentar nuevos desafíos.

Sin embargo, en un contexto superior, visto desde la perpectiva del Estado enfrentando las actuales amenazas, el proceso de deconstrucción debería ser prioritario, al permitir cuestionar y analizar críticamente las doctrinas y prácticas actuales, identificando debilidades y áreas de mejora. Cuando se habla de deconstrucción, es necesario y hasta urgente fomentar el pensamiento crítico y la capacidad para evaluar situaciones complejas desarrollando respuestas innovadoras y efectivas. Al centrarse en la deconstrucción, la FAE puede adaptarse mejor a las tácticas y estrategias no convencionales que caracterizan las amenazas asimétricas, asegurando una respuesta más ágil y adecuada a los desafíos contemporáneos.

Si se propone mejorar la educación militar en la FAE, es crucial incorporar en mayor medida tecnologías avanzadas como simuladores y herramientas digitales de neuroeducación, condición que permitirá obtener una experiencia de aprendizaje más inmersiva y efectiva. Además, es conveniente implementar sistemas de evaluación continua y adaptativa para asegurar que los cursos de formación y perfeccionamiento se ajusten en tiempo real a los desafíos actuales y a la Fuerza Aérea del futuro. Fomentar un verdadero entorno de innovación y pensamiento crítico permitirá a las damas y caballeros del aire proponer y probar nuevas ideas y enfoques, alejándose de los métodos tradicionales. Finalmente y como punto estratégico, es esencial incluir un fuerte componente ético en la formación, que se perfeccione día a día, garantizando que todos los miembros de la FAE actúen con integridad y responsabilidad en todas las actividades que el Estado les ha encomendado, como última solución a los problemas que enfrenta.

Para ello la educación militar juega un papel preponderante, incorporando y combinando los enfoques planteados en este artículo no solo formar soldados competentes, sino también líderes capaces de pensar críticamente, adaptarse a nuevas realidades y actuar con integridad.

¿Se imagina si cada alumno militar enfocara su esfuerzo a mejorar su entorno, en donde podríamos estar en 10 años?

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• BIBLIOGRAFÍA ANALIZADA

Derrida, J. (1967). De la grammatologie. Éditions de Minuit.

Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar. Siglo XXI Editores.

Kuhn, T. S. (1962). La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de Cultura Económica.

Piaget, J. (1967). La construcción del real. Siglo XXI Editores.

Popper, K. R. (1963). Conjeturas y refutaciones. Paidós.

Vygotsky, L. S. (1978). Mind in society: The development of higher psychological processes. Harvard University Press

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